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Professor da UnB diz que é justa proposta de Lula de imposto de renda zero (Portal Vermelho, 29/10/2022)
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“O imposto de renda no Brasil é altamente regressivo, as pessoas mais pobres estão pagando mais da sua renda do que os ricos”, advertiu José Luís Oreiro
por Iram Alfaia
Publicado 29/10/2022 17:23 | Editado 29/10/2022 17:42

(Foto: Divulgação)
O professor de economia da Universidade de Brasília (UnB) José Luís Oreiro diz que a proposta do ex-presidente Lula de isentar do imposto de renda quem ganha até R$ 5 mil é fiscalmente responsável e, do ponto de vista da distribuição de renda, justa. “O imposto de renda no Brasil é altamente regressivo, as pessoas mais pobres estão pagando mais da sua renda do que os ricos”, considerou.
Na avaliação dele, o ex-presidente deve estar pensando numa alíquota adicional de imposto de renda para quem ganha R$ 30 mil. “Ele não falou isso na proposta, mas eu acredito que essa é a maneira pela qual ele vai financiar todo mundo que ganha menos de R$ 5mil”, afirmou Oreiro em entrevista ao Portal Vermelho.
De acordo com o economista, a tabela do imposto de renda está há anos sem reajuste. “Na medida que inflação vai aumentado, as rendas das pessoas, em termos nominais, vão sendo jogada cada vez mais para alíquotas mais altas do imposto de renda, mesmo não tendo um ganho real de renda”, avaliou.
Leia mais: Isenção do Imposto de Renda proposta por Lula ajudará quem mais precisa
Para ele, trata-se de uma proposta importante e que vai ajudar a classe média dinamizando a economia, pois haverá aumento de consumo. “Isso vai ser perfeitamente financiado com a criação de uma alíquota extra de 35% sobre quem ganha quem ganha mais de R$ 30 mil por mês. Outro ponto é a criação de um imposto de renda sobre lucros e dividendos distribuídos, isso também terá que ser feito”, explicou.
Lembrou que o sistema tributário brasileiro está “muito baseado” no consumo. “Como os mais pobres são os que nais consumem alimentos, na proporção da sua renda do que os mais ricos, pagam mais impostos diretos.
Além disso, o professor esclareceu que a legislação tributária atual privilegia profissionais liberais como médicos e advogados que pagam menos imposto de renda na condição de pessoas jurídicas. “Eles são isentos do imposto de renda sobre lucros e dividendos distribuídos. Profissional liberal que recebe R$ 40 mil como pj vai pagar zero de imposto de renda”, lembrou.

Promessa não cumprida
A campanha de Lula acusa Bolsonaro de prometer o ajuste na tabela do imposto de renda e não cumprir. Com isso, as finanças das famílias brasileiras viraram um dos maiores problemas do país.
“O salário mínimo já está congelado há anos e a Saúde e a Educação se transformaram em antros de corrupção amplamente denunciados. Os impostos que a gente paga não resultam em serviços melhores: e como são caros os impostos! É por isso que Luiz Inácio Lula da Silva quer voltar: para dar fim à baderna bolsonarista, melhorar a sua vida e isentar do imposto de renda quem ganha até R$ 5 mil”, diz um trecho de nota distribuída pela campanha.
“Com a proposta de Lula, as pessoas que mais precisam vão pagar menos impostos. É tudo pensado cuidadosamente para o Brasil crescer e você crescer junto, tendo mais poder de compra, o que faz a roda da economia girar e aumentando o poder de compra de todos e todas”, completou.
A equipe do ex-presidente explicou que quem ganha até R$ 5 mil paga, por mês, R$ 368,23 de impostos retidos na fonte. “Esse é o valor que já é descontado do seu holerite. Se a gente multiplicar esse desconto por 48 vezes (12 meses em um ano, durante 4 anos), ele resulta em R$ 17.675. Ou seja: com a proposta de Lula, você vai economizar 17 mil reais ao longo do período de governo, de quatro nos”, observou.
«Bolsonaro ha destruido todas las políticas públicas en Brasil» (El Correo Español, 23/10/2022)
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El Correo Español, Eleições 2022, Entrevista Correo Espanol, José Lus Oreiro, Lula Presidente 2022
JOSÉ LUIS DACOSTA OREIRO – PROFESOR DE ECONOMÍA EN LA UNIVERSIDAD DE BRASILIA
Posible ministro si Lula gana las elecciones, asegura que la lucha contra la inflación está en la raíz de la desindustrialización y las desigualdades que sufre el país (Link: https://www.elcorreo.com/internacional/america-latina/bolsonaro-destruido-politicas-20221022225300-ntrc.html)

José Luis Da Costa Oreiro en un momento de la entrevista en una sala de la Facultad de Económicas de la UPV en Sarriko (Bilbao) / JUAN ECHEVARRÍA
MANU ALVAREZBilbao
Sábado, 22 octubre 2022, 22:30
Cuando le preguntas por los últimos sondeos se revuelve inquieto en la silla. Las últimas encuestas apuntan a una ligera reducción de la ventaja que Lula da Silva lleva sobre Jair Bolsonaro de cara a las elecciones presidenciales en Brasil, que tendrán su segunda y definitiva vuelta el próximo domingo. Los cinco puntos de ventaja de la primera vuelta se han convertido en cuatro en las últimas encuestas. «Va a estar reñido», asegura este economista, profesor de la Universidad de Brasilia, cuyo nombre suena como candidato a ocupar un ministerio del área económica en el Gobierno de Lula. José Luis Dacosta Oreiro, cruza el charco con frecuencia para participar como profesor en un máster de la Universidad del País Vasco, en la facultad de Económicas de Sarriko. Esta semana ha participado en esa facultad el tribunal de una tesis doctoral y ha dado a los alumnos una clase, fruto de la experiencia en su país, de plena actualidad: el riesgo de que unos tipos de interés elevados para combatir la inflación duerman el crecimiento económico.
– El debate económico ¿se ha convertido en el elemento clave de la campaña presidencial?
– Si me lo llega a preguntar hace un año le hubiese dicho que sí, pero en estos momentos no. Desde poco antes de la primera vuelta de las elecciones, hay otros temas que han cobrado protagonismo. Asuntos religiosos, acusaciones a Lula de querer cerrar las iglesias, lo cual resulta chocante porque es católico practicante, las polémicas sobre la política de género o incluso ‘fake news’ como que en las escuelas la izquierda pretende enseñar a los niños a tener sexo. Es lo que el economista Paul Krugman definió como «armas de distracción masiva». Sacas la economía del debate y lo llevas a otro sitio.
– Resulta curioso, porque es un país con problemas serios de desarrollo económico, desigualdad, pobreza…
– Efectivamente. Para una población de algo más de 211 millones de habitantes, 33 millones están en situación de pobreza y 100 millones no tienen garantizado que puedan hacer con normalidad las tres comidas diarias, desayuno almuerzo y cena. Están en inseguridad alimentaria.
Afortunadamente el paro no es muy elevado. Está en torno al 9% y la tasa es más baja que la española.
– Sí, pero en Latinoamérica las cifras de paro son engañadoras. Hay un sector informal muy grande, que ocupa el 50% de la fuerza de trabajo.
– ¿Sector informal?
– Son las personas que no tienen un contrato de trabajo. Además, el 25% de la fuerza de trabajo son autónomos con un formato de supervivencia.
– Hay muchas voces que alertan también sobre el riesgo de un gasto público desmedido en manos de Lula, que puede provocar las reticencias del sector financiero y con ello la dificultad para financiar el endeudamiento.
– En realidad creo que lo que sucede es que cuando los periodistas buscan una opinión sobre economía recurren mucho a los economistas de la banca…
Reforma fiscal
– En el debate de estas elecciones también ha aparecido algo que en España es recurrente. La necesidad de una reforma fiscal.
– En nuestro caso es porque tenemos una reforma pendiente desde hace veinte años. La industria paga muchísimos impuestos. El 47% de la imposición indirecta es aportada por la industria. Junto a ello, el Impuesto sobre la Renta es absolutamente regresivo. Hace diez años que la tabla no se ajusta a la inflación y los profesionales liberales pueden escudarse tras una sociedad mercantil, con una presión fiscal muy baja. En la actualidad, quienes más pagan en Brasil son los funcionarios públicos. Yo lo soy y pago aproximadamente el 50% de mis ingresos, frente a una carga tributaria general en Brasil del 33%. Conozco gente que gana diez veces más que yo con una carga inferior.
– ¿Cuál es la herencia del Gobierno de Bolsonaro en su opinión?
– Bolsonaro ha destruido todas las políticas públicas en nuestro país. La fiscalización en la Amazonía; la sanidad pública en la que incluso se ha abandonada la vacunación obligatoria contra la polio; una reducción del 90% en el presupuesto de ciencia tecnología. A donde mires, es un desastre.
Oposición a lula
«Hay una clase media que no perdona haber perdido el privilegio de contratar barato»
La población
«33 millones de personas viven en la pobreza y 100 en la inseguridad alimentaria»
Impuestos
«En Brasil el que paga más impuestos es el funcionario. Tenemos una reforma pendiente»
– La desigualdad ¿es el principal problema del país?
– Hay dos problemas unidos, la desigualdad social y la desindustrialización prematura. En 1980 la producción industrial era igual a la de China, India y Corea del Sur. Teníamos el parque industrial más desarrollado de los países en desarrollo. Y desde entonces no ha dejado de disminuir. Cuando pierdes industria pierdes el sector que paga los salarios más altos y eso ha dejado a mucha gente en subsistencia. Vendiendo cosas en los semáforos, pidiendo limosna. Ahora incluso en Brasili, que es nuestro Versalles, hay gente viviendo en la calle.
– ¿Cuál es su fórmula para intentar superar esa situación?
– Invertir en formación y apoyar la reindustrialización del país.
– Y esa desindustrialización ¿por qué se ha producido?
– Ha sido por esa trampa de reducir la inflación pero a cambio de una tasa de cambio a corto plazo muy alta, que en algunos años ha llegado al 25% y una tasa de cambio con la moneda muy sobrevaluada, combinada con la liberalización comercial. Cualquier inversor pudiendo ganar el 10% prestándole dinero al Gobierno no arriesga en una empresa.
Pérdida de privilegios
– Voy a volver al principio de la entrevista. Los votos de la izquierda y la derecha se reparten más o menos en dos mitades. ¿A qué se debe un reparto de este tipo con más de la mitad de la población en dificultades?
– Hay varias razones. La primera es el efecto ante Partido de los Trabajadores, como consecuencia de la corrupción. Lula ha sido absuelto y no se ha podido demostrar que tuviese participación en ello, pero corrupción hubo. La segunda es el alza de la iglesia evangelista, que transmite un mensaje curioso: hay que ganarse a Dios para convertirse en rico. Eso, además de relegar a la mujer a un segundo plano o no aceptar la homoxesualidad. Mire, el 10% de la población brasileña cree que la tierra es plana, no le digo más. Y hay una tercera razón… peor es bastante duro de contar.
– Anímese, hágalo.
– Brasil fue el último país del mundo en abolir el esclavismo y eso ha dejado un cierto poso en la sociedad. Amplias capas de la población a las que podemos identificar como clase media, profesionales o empleados con salarios aceptables, siempre han tenido servicio doméstico interno. Incluso es lo habitual que todos los edificios de viviendas tengan un portero, cuando ustedes en España tienen porteros automáticos. Pues bien, en el anterior Gobierno de Lula hubo un importante aumento del salario mínimo y muchas de esas familias ahora ya no pueden disponer de servicio doméstico en las mismas condiciones. Puede parecer curioso, pero eso ha generado un sentimiento de esa parte de la población ante Lula porque consideran que les ha quitado algo.
Dacosta afirma que con Lula habrá «riesgo cero de un Gobierno comunista» en Brasil / JUAN ECHEVARRÍA
El hijo de un gallego a las puertas de un ministerio
JUAN ECHEVARRÍA
Es hijo de un gallego, nacido en Mazaricos, una población de La Coruña, que en 1954 emigro junto a un hermano a Brasil, mientras que otro lo hacía a Alemania. Su madre es portuguesa y sus progenitores se conocieron en Brasil, donde nació, para ya en la juventud encaminar sus pasos en la senda académica de la economía.
– Su nombre suena como candidato a ocupar el cargo de ministro de Economía en el caso de que Lula gane las elecciones.
– (Sonríe) Puede ser pero eso nunca se sabe. En realidad un ministerio en el área económica, porque la idea de Lula es volver a separar lo que Bolsonaro unió en el Ministerio de Economía, en el que unificó Hacienda, Planificación, trabajo y Desarrollo e Industria. Ya le puedo anticipar que de Hacienda no será ministro porque ahí se necesita un político, no un tecnócrata como yo.
– ¿Un político en Hacienda?
– Sí, en este caso está justificado. Lula se va a encontrar con el parlamento más de derechas de la historia de Brasil. Eso va a exigir a un político para negociar cuestiones fundamentales, como el presupuesto. Y un tecnócrata en medio de políticos aguanta poco…
– ¿Es mejor una voz o varias en un Gobierno discutiendo sobre medidas económicas?
– Tradicionalmente en Brasil el Ministerio de Hacienda siempre ha sido más ortodoxo y el de planificación más desarrollista. El estilo de Lula es muy peculiar porque él adora la contradicción en el debate de las ideas. Esto es, cuando hay una medida en estudio llama a una persona y escucha. Luego llama a otra y le escucha. Y así hasta que tiene todos los argumentos a favor y en contra. Y luego decide. Es un tipo muy inteligente.
– Si uno repasa el programa electoral de Lula y de los partidos que le respaldan en su intento de vuelta a la presidencia, puede pensar que está ante una copia exacta de lo que está haciendo Pedro Sánchez en España. Ayudas a familias, aumento de impuestos, incremento del gasto público, reforma laboral…
– Es cierto. En estos momentos en Brasil la acusación fácil contra Lula es decir que es un comunista.
– Bueno, la radicalización lleva a este tipo de cosas. En España cualquier que verbaliza alguna crítica contra el Gobierno es acusado de ser fascista.
– Pues en lo que hace referencia al Gobierno de Brasil puedo asegurarle que jamás ha estado más lejos de caer en una tentación comunista. Lula es católico y el vicepresidente que ha elegido para acompañarle, Geraldo Alckmin, es del Opus Dei. Ya le digo, riesgo cero de un Gobierno comunista.
Brazilian Central Bank raises the interest rate again: wrong diagnosis or vested interests of the rentier class? (Monetary Policy Institute Blog, 14/08/2022)
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A crise da economia brasileira, Debate Macroeconômico, Erros do Banco Central do Brasil, José Lus Oreiro

José Luis Oreiro
Associate Professor of Economics, University of Brasília (Brazil)
“So, the rentiers and the financial sector, which have a very thigh relationship with the Central Bank, are taking advantage of the last few months that remain of their absolute dominance over the Central Bank to make the largest possible income extraction from the rest of the society. … Taking advantage of a government that is falling apart, which has no chance of re-election, to make the most of it, that is, it is pure plunder of the Brazilian economy.”
On Wednesday August 3, the Monetary Policy Committee of the Brazilian Central Bank (COPOM/BCB) raised the short-term interest rate by 50 basis points, from 13.25% to 13.75%. Despite the unemployment rate still above the 2014–2016 pre-crisis level, since March 2021, the Brazilian Central Bank began a very fast and deep process of “normalization” of monetary policy, raising the Selic rate from 2% to 13,75% — the greatest increase in the short-term nominal interest rate in the western world in such a short time-span. In this note, I will discuss the reasons — or rather excuses — the Brazilian Central Bank (BCB hereafter) gives in defending the increases of the selic rate in the last meeting of COPOM.
One of the reasons given by the BCB is the so-called Bolsonaro’s goodness package, also called “PEC Kamikaze” — a 50% increase in income transfers to the poorest Brazilian people in a desperate attempt to increase Bolsonaro’s popularity and win the presidential elections, in October 2022. The BCB warns against the risk of this “populist measure” becoming permanent after the end of 2022. They do not say so explicitly, but the BCB refers to the future government of President Luiz Inácio Lula da Silva. As such, due to the increased fiscal risk this new government would pose, the Central Bank justified another rise of half a percentage point of the Selic rate.
The problem with the successive increases in the short-term interest rate made by the BCB is that it is not clear what is the nature of inflation, according to the analysis of the Central Bank?
In my view, not the BCB´s view, actual inflation in Brazil (and maybe in the western world in general) is a persistent — but not permanent — supply shock problem: you have food and energy inflation resulting from a series of events that are persistent in time, such as the war between Russia and Ukraine, the long-standing effects of COVID-19 on the world supply chains, and so on. These effects are lasting longer than we expected. In fact, no one expected that at the end of 2021 that the war of Russia and Ukraine would take place, which certainly added great inflationary pressure due to the interruption of exports of corn and wheat from both Russia and Ukraine, as well as western sanctions against Russia which affected the international price of oil and gas, increasing global energy and food inflation. That’s my diagnosis.
However, the BCB apparently has two contradictory diagnoses. The first diagnosis is that the rise in inflation in Brazil stems from a deterioration of the fiscal framework that has recently been accentuated by increases in government expenditures that resulted from the so-called ‘PEC Kamikaze’, and that there is a risk that the measures of the ‘PEC Kamikaze’ will become permanent if former President Lula wins the presidential run in October. That is, in the next government, they will be maintained, which would increase the public debt and inflation.
Well, there’s no direct causal relationship between public debt and inflation. That’s an unbelievable primitive economic thinking. I mean, if it were because of that, Japan should have the highest inflation rate in the world, because Japan has a government debt-to-GDP ratio of almost 300%. This is a ridiculous explanation.
The second diagnosis is that the fiscal expansion made by Bolsonaro at the end of his term will have such a huge impact on aggregate demand that they would put the Brazilian economy to work above its potential output. Well, the Brazilian economy still has a 10% unemployment rate, but in the case of a dual economy like Brazil, the unemployment rate is not such an important variable for us to assess the pressure over productive capacity. Why? Most of the jobs that have been generated in the Brazilian economy in the last two years and, mainly, now, after the beginning of vaccination against COVID-19, were jobs in the informal or subsistence sector of the economy, which are precarious jobs. So, the unemployment rate just a little below 10% hides a huge, disguised unemployment. There is no demand pressure on the Brazilian economy. So, in my view, the two justifications that the Central Bank uses to continue raising the interest rate are completely unfounded.
That’s what brings me to the question of what political economy is behind the increase in interest rates. The only reason I see for such insane policies is that this is a government that is at the end of its mandate. Everyone knows that Bolsonaro will lose the elections, that President Lula will be elected and there will be a change in macroeconomic policy. For sure, the interest rate will be reduced not at once but in a gradual way. So, the rentiers and the financial sector, which have a very thigh relationship with the Central Bank, are taking advantage of the last few months that remain of their absolute dominance over the Central Bank to make the largest possible income extraction from the rest of the society.
Moreover, each percentage point increase in interest rates generates an increase in government spending (debt servicing) of about R$30 billion (almost US$6 Billions), over a 12-month period. In this context, the recent increase of half a percent made means that it will add over the next 12 months approximately R$15 billion in government spending (US$ 3 billions), that is, a transfer of income from the rest of society to the richest 1% of R$ 15 billion.
In my view, what is happening is simply the ‘end of game´ effect, which means that the remaining time for plunder Brazilian Treasury with insane high level of short-term interest rate is ending, so it is necessary to increase the rate of plundering before it is too late. So, they are taking advantage of the government’s last days in office to make the most of it. Taking advantage of a government that is falling apart, which has no chance of re-election, to make the most of it, that is, it is pure plunder of the Brazilian economy.
Inércia pode ser o dobro da estimada, apontam professores (Valor Econômico, 16/02/2022)
16 quarta-feira fev 2022
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Inércia inflacionária, Indexação, José Lus Oreiro, Julio Fernando Costa Santos, Reforma Monetária
Plano Real não eliminou todos os mecanismos de indexação existentes na economia
Por Anaïs Fernandes — De São Paulo
O Plano Real, iniciado em 1994, conseguiu remover mecanismos de indexação de
curto prazo da economia brasileira, mas ainda é um processo inacabado no
combate à inércia inflacionária, cujo coeficiente roda em 0,3, estimam os professores
José Luís Oreiro, da Universidade de Brasília (UnB), e Julio Fernando Costa Santos, da
Universidade Federal de Uberlândia (UFU), em capítulo que será publicado no livro
“Central Banks and Monetary Regimes in Emerging Countries” (Edward Elgar
Publishing).


O Real, dizem os autores, ajudou a desarmar o “efeito memória” da inflação, de
modo que as taxas passaram de 2.477% em 1993 para 22,4% em 1995 e ficaram
abaixo de 10% ao ano em boa parte dos períodos seguintes. O plano, no entanto,
não eliminou todos os mecanismos de indexação existentes na economia. Além dos
salários, preços de energia, de serviços de telecomunicações e de abastecimento de
água, por exemplo, são reajustados com base em índices como o IPCA e o IGP-M. E o
financiamento público brasileiro é essencialmente via títulos de curto prazo e
indexados.
“Embora o plano tenha conseguido reduzir as taxas de inflação no Brasil para níveis
moderados nos primeiros anos após sua implementação, a inflação média de longo
prazo mostrou uma notável resistência a cair abaixo de 5% ao ano, devido à
manutenção da indexação de preços para períodos superiores a um ano”, dizem os
autores.
Eles analisaram o comportamento de quatro índices (IPCA preços livres, IPCA cheio,
IGP-M e IPA), controlados por diversas variáveis explicativas, como a taxa de câmbio
efetiva, o hiato do produto (medida para a ociosidade da economia), o IBC-Br (Índice
de Atividade Econômica do Banco Central), a taxa de juros real de curto prazo e a
expectativa de inflação no boletim Focus.
“Os resultados obtidos mostram que todos os índices de inflação possuem efeito
inercial significativo”, afirmam os autores. “Ainda não desarmamos instituições que
faziam sentido durante o período de inflação alta, mas que não fazem mais hoje.
Esses mecanismos precisam ser desmontados para que o Brasil consiga ter uma
inflação baixa. O coeficiente inflacionário para um período grande está acima de 0,3,
é muito maior do que o 0,10, 0,15 estimado em outros estudos”, aponta Oreiro.
Os autores testaram também a evolução da inércia ao longo do tempo para os
índices brasileiros e para o American Consumer Price Index (CPI), medida para a
inflação ao consumidor nos Estados Unidos. Os quatro índices de inflação brasileiros
sempre apresentam um nível superior ao da economia americana, observa o
estudo. “Depois do Plano Real, o coeficiente de inércia inflacionária caiu, mas
permaneceu significativamente acima do caso de controle, que é os EUA”, diz Oreiro.
Os autores testaram também a evolução da inércia ao longo do tempo para os
índices brasileiros e para o American Consumer Price Index (CPI), medida para a
inflação ao consumidor nos Estados Unidos. Os quatro índices de inflação brasileiros
sempre apresentam um nível superior ao da economia americana, observa o
estudo. “Depois do Plano Real, o coeficiente de inércia inflacionária caiu, mas
permaneceu significativamente acima do caso de controle, que é os EUA”, diz Oreiro.
O aumento do efeito inercial em determinados períodos não significa exatamente
um aumento no grau de indexação da economia, dizem os autores, mas o grau
ainda elevado de indexação implica uma rigidez na redução do efeito inercial.
“Dificulta muito o controle da inflação por meio da política monetária, uma vez que
exige taxas de juros de curto prazo muito altas para manter a inflação em níveis
moderados”, afirmam.
Oreiro: medidas do BC não combatem inflação e só beneficiam rentistas (Hora do Povo, 13/01/2022)
14 sexta-feira jan 2022

“Nenhum dos elementos que o Banco Central elencou como explicação para a inflação de 2021 pode ser atacado por intermédio de elevação da taxa de juros”
O Banco Central (BC) “está aumentando os juros é para atender o interesse dos rentistas”, denunciou o economista e professor do Departamento de Economia da UnB José Luis Oreiro, ao comentar em entrevista ao HP. “Nenhum dos elementos que o Banco Central elencou como explicação para a inflação de 2021 pode ser atacado por intermédio de elevação da taxa de juros”, afirmou.
Para Oreiro, “de acordo com a carta que o Banco Central mandou para o ministro da Economia, está muito claro que a inflação de 2021 foi causada por um choque de oferta. Quer dizer, é uma inflação importada, devido a problema hidrológico, ao aumento do preço do petróleo, do gás, problema nas cadeias de suprimento… Perfeito! A explicação é fantástica. Eu não tenho nenhum problema com ela. A questão é: nada disso se combate com elevação das taxas de juros”, destacou o economista.
“A elevação dos juros não resolve nenhum dos problemas, ou nenhuma das causas, que gerou inflação em 2021. Então, a pergunta é, por que o Banco Central está usando o instrumento que não serve para combater as causas que ele, Banco Central, está diagnosticando? Porque só seria de fato útil, você usar a taxa de juros, se você tivesse um problema de inflação de demanda, o que não é o caso. O Banco Central está dizendo claramente que é devido a um choque de oferta e, mais, importado. Então, o que que a política monetária brasileira pode fazer com o preço do petróleo no mercado internacional? Nada. O que ela pode fazer com as cadeias mundiais de suplemento? Também nada. Nada do que o Banco Central está fazendo atua nas causas da inflação, segundo o próprio Banco Central”, enfatizou o economista.
“Na verdade, se ele está aumentando os juros é para atender o interesse dos rentistas, não é para eliminar a inflação. Porque nenhum dos elementos que o Banco Central elencou como explicação para a inflação de 2021 pode ser atacado por intermédio de elevação da taxa de juros”, afirma Oreiro.
Com o pretexto de combater a inflação, o Banco Central realizou no ano passado seguidos aumentos na taxa básica de juros (Selic), que passou de 2% a.a. para 9,25% a.a.
O Brasil fechou o ano com a inflação em alta acumulada de 10,06%, maior alta desde 2015, segundo IBGE. Na carta de explicações sobre a alta da taxa de inflação, Roberto Campos Neto, presidente do BC, sinalizou que vai continuar elevando a taxa Selic este ano.
ANTONIO ROSA
Está no ar o canal do Grupo Macroeconomia Estruturalista do Desenvolvimento no Youtube
27 domingo set 2020
Caro(a)s amigo(a)s tenho o prazer de anunciar a estreia do canal do Structuralist Development Macroeconomics Research Group no YouTube. Nesse primeiro vídeo convidamos o Professor Fernando de Holanda Barbosa para debater conosco sobre o Teto de Gastos e a Política Fiscal na Pós Pandemia. Se inscrevam no canal e toquem o sininho para ver nossas atualizações.
O QUE FALTA PARA O BRASIL TOMAR A ROTA DO DESENVOLVIMENTO 05/09/2020) ECONÔMICO? (Canal Sem Embargos
06 domingo set 2020
O QUE FALTA PARA O BRASIL TOMAR A ROTA DO DESENVOLVIMENTO ECONÔMICO? José Luis Oreiro – Sem Embargos
A forma pela qual o governo financia o seu déficit afeta a inflação?
03 domingo maio 2020
Posted Crise do Coronavírus, José Luis Oreiro
in
Nas ultimas semanas, em função das perspectivas de elevação brutal do déficit primário do setor publico para o ano de 2020 em função da crise do coronavírus, muitos economistas – eu incluso – passaram a defender a monetização (ainda que parcial) desse déficit como forma de atenuar o aumento da relação dívida pública/PIB. Essa posição não tem sido compreendida por segmentos importantes da sociedade brasileira que acreditam que “imprimir dinheiro” irá trazer de volta o demônio da inflação alta, o qual levou muitos anos para ser exorcizado do Brasil. Acredito que no debate brasileiro atual existam muitos erros conceituais e opiniões pré-concebidas, o que torna difícil um debate sério sobre o tema. Espero poder, neste artigo, clarificar alguns pontos.
Primeiramente, qual a natureza da inflação, ou seja, qual a causa da elevação sustentada do nível geral de preços? Uma explicação bastante aceita entre os economistas heterodoxos é que a inflação nada mais é do que o resultado de um desequilíbrio a respeito da porção da renda nacional que cada classe ou grupo social deseja se apropriar. Considerando uma economia na qual a renda seja dividida entre salários e lucros, um conflito distributivo surge quando a soma da fração da renda nacional que os trabalhadores desejam se apropriar na forma de salários e a fração da renda nacional que os empresários desejam se apropriar na forma de lucros for maior do que um. Nessas condições, a inflação atua como um mecanismo que reduz as proporções da renda nacional efetivamente apropriadas por cada grupo de maneira a fazer com que a soma de ambas seja compatível com a renda nacional existente. Para que essa compatibilização funcione, contudo, é necessário que a inflação esperada por um e/ou outro grupo social seja inferior a inflação efetivamente realizada, ou seja, que ocorra uma surpresa inflacionária (Blecker e Setterfield, 2019, pp. 257-261). Se as parcelas que cada grupo social deseja se apropriar da renda nacional não se alterarem; segue-se que o papel da inflação como mediador do conflito distributivo irá exigir uma aceleração da inflação, na medida que cada grupo social reajustar suas expectativas de inflação à luz dos desapontamentos ocorridos em suas expectativas. Nessas condições, a economia irá convergir para uma hiper-inflação num período finito de tempo.
A estabilidade da taxa de inflação exige, portanto, que as proporções desejadas da renda nacional sejam compatibilizadas de forma a que sua soma seja igual a um. Como essa coordenação pode ser feita? Existem duas formas. Em sociedades nas quais a negociação salarial é feita de forma altamente centralizada, por intermédio de grandes sindicatos de âmbito nacional, é possível realizar uma política de rendas na qual os representantes dos trabalhadores e dos empresários, em conjunto com o governo, se comprometam em moderar as demandas salariais em troca da manutenção do nível de emprego e/ou de compromissos de realização de investimentos por parte das empresas (A esse respeito ver Calmfors e Driffil, 1988). Esse é o modelo escandinavo de capitalismo, ou seja, o modelo adotado em países como Suécia, Dinamarca e Noruega; também conhecido como modelo neo-corporativista.
Em países como o Brasil cuja estrutura sindical é descentralizada e pulverizada entre centenas de sindicatos, tal modelo não é factível. Dessa forma, a coordenação entre as proporções que cada grupo social deseja se apropriar da renda nacional deve ser feita de maneira indireta, por intermédio da política monetária: O Banco Central deverá elevar a taxa básica de juros ao nível necessário para reduzir o nível de atividade econômica até um ponto no qual firmas e trabalhadores aceitem “voluntariamente” diminuir suas participações na renda nacional. A taxa de desemprego que garante essa coordenação é a NAIRU (non accelerating inflation rate of unemployment, em português, a taxa de desemprego para a qual a inflação não se acelera).
O cálculo da NAIRU não é simples e os economistas divergem muito entre si a respeito da metodologia correta de cálculo da mesma. No entanto, podemos ter uma ideia de se a economia está operando acima ou abaixo da NAIRU por intermédio do comportamento da inflação no médio-prazo (no curto-prazo a inflação é altamente volátil, sendo muito afetada por fatores sazonais e choques de oferta). Se a inflação estiver em trajetória de queda no médio-prazo então podemos ter certeza que a economia está operando com uma taxa de desemprego acima da NAIRU, o que permite que o Banco Central reduza a taxa de juros no intuito de estimular a atividade econômica e a geração de empregos. Essa era a situação que o Brasil se encontrava em 2019: desde meados do ano passado o BCB estava reduzindo a taxa selic porque o comportamento da inflação sinalizava de forma clara que a economia estava operando com uma taxa de desemprego acima da NAIRU. Em dezembro de 2019 a taxa de desemprego estava um pouco abaixo de 12% da força de trabalho.
Em março a economia brasileira foi atingida pela pandemia do coronavirus. As medidas de distanciamento social necessárias a diminuição do ritmo de transmissão do vírus irão impor uma queda do nível de atividade econômica que poderá chegar a casa dos dois dígitos. A taxa de desemprego deverá, portanto, se elevar de forma substancial em 2020, podendo ultrapassar 20% da força de trabalho. Nesse cenário a inflação esperada para 2020 já se reduziu para 2%, com alguns analistas prevendo inclusive a possibilidade de uma deflação.
A queda do nível de atividade associada aos gastos com os programas de renda emergencial deverão resultar num déficit primário superior a R$ 500 bilhões. Considerando um volume de pagamento de juros da dívida pública da ordem de R$ 300 bilhões ao longo de 2020 teremos um déficit nominal de aproximadamente R$ 800 bilhões, ou 11% do PIB. A Constituição Brasileira proíbe que o Banco Central financie o Tesouro Nacional, ou seja, o Tesouro não pode vender títulos públicos diretamente para o Banco Central; mas apenas para o “mercado”, constituído por empresas financeiras bancárias e não-bancárias, bem como investidores individuais por intermédio do “Tesouro Direto”. Pelas regras constitucionais atualmente em vigor o Banco Central só pode comprar títulos públicos que estejam na carteira dos bancos comerciais (Obs: a PEC 10/2020 irá flexibilizar essa exigência durante o período de calamidade pública)
Mas consideremos que essa restrição constitucional não existisse e que o Banco Central pudesse comprar títulos públicos diretamente do Tesouro. Nesse caso, o Tesouro poderia escolher como se financiar, ou seja, se por intermédio da venda de títulos para o “mercado” ou para o Banco Central. A vantagem de vender títulos para o Banco Central é que este faz parte do “governo geral” de tal maneira que os títulos públicos são contabilizados como “passivo” do Tesouro, mas “ativo” do Banco Central. Nessas condições o endividamento líquido do “governo geral” não se altera, pois ativos e passivos se cancelam. Se a venda for para o mercado, então a dívida do “governo geral” com a sociedade irá aumentar na mesma magnitude da emissão de títulos.
A pergunta que devemos nos colocar agora é: qual o impacto do financiamento monetário sobre a taxa de inflação? Com base na teoria de inflação que foi exposta no início deste artigo, o financiamento monetário do déficit só terá impacto inflacionário relativamente ao financiamento pela emissão de títulos se (i) produzir um aumento maior da demanda agregada e (ii) esse aumento da demanda agregada for suficientemente grande para fazer com que a economia opere com uma taxa de desemprego abaixo da NAIRU.
Por que razão o financiamento monetário do déficit público geraria um aumento da demanda agregada maior do que o financiamento por intermédio da venda de títulos no mercado? A resposta simples a essa pergunta é que o financiamento monetário acarreta um aumento da base monetária, dado que a aquisição de títulos públicos pelo Banco Central aumenta o ativo dessa instituição, impondo assim um aumento do seu passivo. O passivo do Banco Central é constituído pela Base Monetária, pela conta única do tesouro e pelo patrimônio líquido do Banco Central. No momento em que o Banco Central pagar ao Tesouro pela compra dos títulos públicos, o valor referente a essa compra será creditado na conta única do tesouro, aumentando o passivo do Banco Central, mas ainda não a base monetária. A medida que o Tesouro precisar fazer os pagamentos de salários, fornecedores e dos programas de assistência social então o valor desses pagamentos será debitado da conta única do tesouro e creditado na conta de reservas bancárias, a qual junto com o papel moeda em circulação, constitui a base monetária. Dessa forma, a venda de títulos do Tesouro para o Banco Central termina por aumentar a base monetária.
Supondo que a demanda por reservas bancárias não se altere durante esse processo, o aumento da quantidade de reservas deverá levar a uma redução da taxa de juros, a não ser que o Banco Central faça alguma operação de esterelização. A redução dos juros tem impacto positivo na demanda agregada e poderia, se suficientemente grande, reduzir a taxa de desemprego abaixo do patamar da NAIRU. Nessas condições a inflação iria se acelerar.
A pergunta a ser feita agora é a seguinte: Esse efeito, nas condições atuais da economia brasileira, é suficientemente grande para produzir uma aceleração da inflação? A taxa de juros selic está atualmente em 3,75% a.a. Na ausência de operações de esterelização (voltarei a esse tópico mais a frente), ela pode eventualmente cair a zero. O efeito dessa redução da taxa nominal de juros sobre a demanda agregada vai depender, contudo, da taxa de inflação. Se a inflação fechar o ano de 2020 em 2%, então teremos um juro real de, aproximadamente, -2%. Se a inflação for mais baixa, digamos 1%, então o juro real será de apenas -1%., um valor 50% menor. Além disso, parece pouco provável que, numa situação de queda acentuada do nível de atividade econômica, a demanda agregada se mostre muito sensível a variações da taxa de juros. Isso significa que o valor da taxa neutra (real) de juros, num quadro fortemente recessivo, pode inclusive ser negativo. Dessa forma, me parece pouco provável que o financiamento monetário do déficit publico, durante o período em que durar o estado de calamidade pública, tenha algum efeito sobre a taxa de inflação.
O raciocínio exposto acima se baseia na hipótese implícita de que o Banco Central não irá esterelizar o aumento da base monetária decorrente da compra direta de títulos do tesouro. Mas essa opção está disponível ao BCB por intermédio das operações compromissadas. Nesse caso, o BCB pode enxugar a liquidez criada por intermédio de uma venda de títulos públicos para os bancos com compromisso de recompra. Ao fazer isso, o BCB terá atuado, na prática, apenas como um intermediário na venda de títulos do Tesouro para o “mercado”; ou seja, ao invés do Tesouro vender diretamente seus títulos para o mercado, ele vende para o BCB que posteriormente repassa os mesmos para o mercado por intermédio das operações compromissadas. Mas nesse caso qual seria a vantagem para o Tesouro? A vantagem é que as operações compromissadas tem um prazo de maturidade mais curto do que os títulos da dívida pública. Isso significa que, em geral, as taxas de juros pagas pelas operações compromissadas são mais baixas do que as taxas de juros pagas sobre os títulos da dívida pública; ou seja, a atuação do BCB no mercado de títulos públicos, mesmo apenas como intermediário, pode reduzir o custo médio de rolagem da dívida pública! Esse ganho pode ser significativo em momentos de maior percepção de incerteza, como o que estamos passando atualmente, quando o aumento do prêmio de liquidez distorce a curva de juros, produzindo uma forte elevação dos juros de longo-prazo relativamente a taxa de juros selic.
A severidade da queda do nível de atividade econômica, contudo, torna pouco provável, para não dizer impossível, que a inflação se acelere por conta da redução da taxa selic para 0% como resultado do financiamento monetário do déficit público. O único fator que poderia levar, nessas condições, a uma aceleração da inflação seria uma desvalorização muito forte da taxa nominal de câmbio, originada a partir da redução do diferencial de juros. Com efeito, numa economia que possui a conta de capitais aberta como é o caso do Brasil, a redução dos juros domésticos relativamente aos praticados no resto do mundo deverá levar a uma saída de capitais do país e, dessa forma, a uma desvalorização da taxa de câmbio.
O efeito da desvalorização cambial sobre a inflação vai depender de dois fatores (a) da magnitude da desvalorização e (b) do efeito pass-through do câmbio para os preços. A evidência empírica disponível mostra que a magnitude de (b) depende do nível de atividade econômica, de forma que em períodos recessivos o efeito tende a ser bastante reduzido.
Quanto a magnitude da desvalorização ela pode ser reduzida por intervenções no mercado de câmbio seja por (i) venda de reservas internacionais e/ou operações de swap cambial e/ou (ii) imposição de controles (temporários) a saída de capitais do país. Eu particularmente sou favorável a imposição de uma quarentena a saída de capitais do Brasil, algo que a legislação brasileira sobre o tema, datada de 1967, permite em situações excepcionais como forma de garantir o equilíbrio do balanço de pagamentos. Uma vez adotada essa quarentena, o BCB terá as mãos livres para reduzir a selic para 0% a.a, o que, por si só, irá reduzir muito o custo fiscal das medidas necessárias ao enfrentamento da pandemia. O financiamento monetário do déficit público, contudo, exige uma PEC que permita explicitamente ao BCB adquirir títulos do tesouro no mercado primário.
Em suma, não vejo nenhuma razão pela qual, nas condições atuais da economia brasileira, o financiamento monetário do déficit público possa levar a uma aceleração da inflação. Está claro que não se trata de uma política que possa ser mantida indefinidamente. Uma vez que a taxa de desemprego tenha retornado para o nível dado pela NAIRU, o governo deverá retornar a prática de financiar seu déficit por intermédio da venda de títulos no mercado. Mas aqui é importante não ser excessivamente otimista: tudo indica que a taxa de desemprego no Brasil e no mundo irá permanecer por muito tempo em patamares bastante elevados. A recuperação não será em forma de V, mas assumirá o formato do símbolo da NIKE. Dessa maneira, a política econômica no Brasil, mais do que nunca, não pode ter seus rumos ditados pelos preceitos da ortodoxia convencional. Este é o momento e a hora para a boa heterodoxia.
Referências
Calmfors, L; Driffill, J. (1988). Centralization of wage bargaining”. Economic Policy, n.6.
Blecker, R; Setterfield, M. (2019). Heterodox Macroeconomics: models of demand, distribution and growth. Edward Elgar: Aldershot.
Nota Pública sobre a PEC 10/2020
15 quarta-feira abr 2020
Posted Bresser-Pereira, José Luis Oreiro, PEC 10/2020
inCompra de títulos públicos e privados
Nota escrita por José Luis da Costa Oreiro e Luiz Carlos Bresser-Pereira (15/04/2020)
Hoje o Senado Federal deverá colocar em votação a PEC 10/2020 que trata, entre outros assuntos, da possibilidade do Banco Central do Brasil comprar títulos públicos e privados no mercado secundário. Trata-se de uma medida que vem sendo adotada pelos principais Bancos Centrais do mundo, particularmente o Federal Reserve, o Bank of England e o Banco Central Europeu para lidar com o problema de falta de liquidez nos mercados de capitais e de crédito decorrente do enorme aumento da preferência pela liquidez dos agentes do setor privado, induzido pela maior percepção de incerteza a partir da pandemia do coronavirus.
Numa situação como essa, os agentes do setor privado, agindo com base na sua racionalidade individual, aumentam a sua demanda por liquidez imediata, ou seja, a sua demanda por moeda (dólares, euros, libras esterlinas, reais), levando-os a vender suas posições em títulos de dívida privada, bem como reduzindo a oferta de crédito. O resultado desse movimento de “fuga para a liquidez” é uma brutal elevação das taxas de juros de longo-prazo dos títulos públicos e privados, as quais se descolam totalmente da taxa de juros de curto-prazo, fixada pelos bancos centrais, num movimento conhecido como “aumento da inclinação da curva de juros”.
Como resultado desse movimento, o custo para as grandes empresas venderem “commercial papers” no mercado de capitais para levantar recursos para o financiamento do seu capital de giro – e, consequentemente, para o financiamento da folha de pagamentos de seus funcionários – se torna proibitivamente alto, o que terminará por levar as grandes empresas a fazer demissões em massa de seus funcionários, dada a incapacidade de conseguir liquidez em condições minimamente aceitáveis em termos de custo de pagamento de juros. Trata-se, portanto, de um problema elementar de provisão de liquidez.
O Banco Central já tem a autorização legal para comprar títulos privados, mas de maneira muito limitada, e já está usando dessa sua faculdade. Dessa forma, somos favoráveis à aprovação da PEC 10/2020; a qual pode ser inclusive aperfeiçoada pelo Senado Federal.
Também é fundamental que o Banco Central do Brasil possa, não apenas comprar títulos privados e públicos no mercado secundário, mas, no caso dos títulos públicos, essa autorização seja estendida para o mercado primário de títulos. Neste estado de calamidade pública, o Banco Central do Brasil poderá, assim, financiar diretamente o Tesouro Nacional e evitar o aumento brutal da dívida pública que está sendo prevista. Devido à elevada ociosidade no uso dos fatores de produção (capital e trabalho) é impossível que o financiamento monetário do déficit público resulte em aceleração da inflação; pelo contrário, pode ser fundamental para impedir que o Brasil entre numa espiral deflacionária com efeitos potencialmente catastróficos sobre o nível de atividade econômica, como nos ensina a triste experiência da economia dos EUA após o crash da Bolsa de Valores de Nova Iorque em 1929.
Por fim, como se trata de uma operação elementar de provisão de liquidez, não é necessário o aporte de recursos do Tesouro Nacional nas operações de compra de títulos privados pelo Banco Central no mercado secundário.